Y entonces apareció:
Con su inocente sonrisa de niña
Y su cabello dorado,
Haciéndome recordar
Una dulce criatura
Un día, reina de un mundo rosa de cristal.
Su voz,
Dulce y melodiosa voz,
Me recordó
Y en un mundo de sombras esa reina quedó
Y de las hadas se alejó,
Para gobernar en un mundo de oscuridad
Lleno de personas y soledad.
Pero la dulce niña se fue
Y yo me quedé ahí parada
Viendo ese mundo rosa
Escaparse de mis manos
Dejándome en oscuridad y recuerdos.
Y la soledad me vuelve a arrullar
Mientras la niña se aleja
Saltiteando y cantando.
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