Esa pregunta
Se había marcado en mi mente
Hacia ya tantos años
Desde entonces
Miraba a mi alrededor
Me negaba a admitir
Que habíamos matado cada verso
Buscaba la poesía
Escondida en cada esquina
Como si fuera un juego en una revista.
Caminaba entre cuerpos vacíos
Matándose entre si
Por sobrevivir en un mundo gris.
No podíamos haber matado al amor.
Me veía rodeada
De niños vestidos de soldados
Enfrentando un mundo sin piedad.
No podíamos haber matado a la inocencia.
Las noches eran tan solitarias
Y los días tan largos,
Desde que ya nadie contaba estrellas
Por estar ocupados
Contando billetes.
No podíamos haber matado a los sueños.
El mundo había enloquecido?
Buscaba a la poesía
Bajo cada piedra
Recitaba a cada estrella
Sonreía a cada cansado rostro
Que cruzaba mi camino.
La guerra había realmente acabado?
Busque en cada parque vacío
La inocencia perdida
De aquellos guerreros
Con rostros de niños asustados.
Junté de cada estrella
Los sueños
Que allí habían quedado abandonados
Por ir a contar monedas.
Cobijé a cada beso y cada "te quiero"
Que habían sido olvidados
En las esquinas,
En los cines
Y bajo los árboles.
Pregunté a cada uno
Si el mundo estaba enfermo,
Si habían muerto el amor y los sueños,
Si aun podía existir la poesía,
Pero no obtuve respuesta.
Recorrí los bosques,
Escalé cada montaña
Y amanecí frente al mar de primavera.
No podíamos haber matado a la inocencia
Si aun un niño en el mundo
Jugaba en los columpios.
No podíamos haber matado los sueños
Si alguien aun cantaba a las estrellas
O pintaba la luna.
No habíamos matado a la poesía,
Sólo estaba escondida
En la niña que leía en aquel viejo tren,
En el niño que escuchaba a Mozart cada noche,
En cada sonrisa sincera,
En cada pura lágrima que caía,
En cada gota de lluvia,
En las sombras que el sol de invierno dibujaba.
La poesía no estaba muerta,
Finalmente la había encontrado,
La poesía estaba en ellos,
La poesía estaba en mi,
La poesia estaba en ti...
Se había marcado en mi mente
Hacia ya tantos años
Desde entonces
Miraba a mi alrededor
Me negaba a admitir
Que habíamos matado cada verso
Buscaba la poesía
Escondida en cada esquina
Como si fuera un juego en una revista.
Caminaba entre cuerpos vacíos
Matándose entre si
Por sobrevivir en un mundo gris.
No podíamos haber matado al amor.
Me veía rodeada
De niños vestidos de soldados
Enfrentando un mundo sin piedad.
No podíamos haber matado a la inocencia.
Las noches eran tan solitarias
Y los días tan largos,
Desde que ya nadie contaba estrellas
Por estar ocupados
Contando billetes.
No podíamos haber matado a los sueños.
El mundo había enloquecido?
Buscaba a la poesía
Bajo cada piedra
Recitaba a cada estrella
Sonreía a cada cansado rostro
Que cruzaba mi camino.
La guerra había realmente acabado?
Busque en cada parque vacío
La inocencia perdida
De aquellos guerreros
Con rostros de niños asustados.
Junté de cada estrella
Los sueños
Que allí habían quedado abandonados
Por ir a contar monedas.
Cobijé a cada beso y cada "te quiero"
Que habían sido olvidados
En las esquinas,
En los cines
Y bajo los árboles.
Pregunté a cada uno
Si el mundo estaba enfermo,
Si habían muerto el amor y los sueños,
Si aun podía existir la poesía,
Pero no obtuve respuesta.
Recorrí los bosques,
Escalé cada montaña
Y amanecí frente al mar de primavera.
No podíamos haber matado a la inocencia
Si aun un niño en el mundo
Jugaba en los columpios.
No podíamos haber matado los sueños
Si alguien aun cantaba a las estrellas
O pintaba la luna.
No habíamos matado a la poesía,
Sólo estaba escondida
En la niña que leía en aquel viejo tren,
En el niño que escuchaba a Mozart cada noche,
En cada sonrisa sincera,
En cada pura lágrima que caía,
En cada gota de lluvia,
En las sombras que el sol de invierno dibujaba.
La poesía no estaba muerta,
Finalmente la había encontrado,
La poesía estaba en ellos,
La poesía estaba en mi,
La poesia estaba en ti...
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